martes, 5 de abril de 2011

LA ESPAÑA NEGRA

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Últimamente mi socia anda muy generosa. No se muestra tan exigente con el asunto del IVA, y eso facilita la venta.
Las tiendas no quieren IVA, un 18%, aparte del 4% del régimen de equivalencia significa el 22% sobre el precio real. Normalmente trabajan en estimación objetiva y los módulos no perdonan. Vaya bien o mal, deben pagar el módulo correspondiente.
Una facturita al principio de la temporada, lo más pequeña posible. Si no cedes, la venta se la lleva otro. El mercado está mal, hay crisis y cuadrarse con lo del IVA significaría el cierre seguro.
La tienda tampoco se lo puede permitir, la competencia es muy dura, los chinos arrasan en precio y la tienda de enfrente puede vender barato porque sus proveedores facturan en blanco.
Lo tomas o lo dejas, esa es la opción y decidimos la única posible.

Hasta ahora mi socia me presionaba. Si no facturamos debemos cerrar, decía. La materia viene de fuera, importada, y en eso no hay salida; por otro lado debemos vender un mínimo, de otra manera no podríamos mantener la empresa de manera legal.
De vez en cuando le veía facturar al famoso empresario, cuarenta o cincuenta mil euros al trimestre. Insuficiente para nivelar la situación, pero algo hacía y el resto se podía encontrar entre algunas inmobiliarias, que siempre necesitaban dinero negro para pagar esas famosas comisiones que nadie ha visto. Nosotros blanqueábamos y ellos ennegrecían.
Ahora ya no hay inmobiliarias, de manera que no sé de dónde sacarán el dinero los partidos políticos. Quizá del deporte, tal vez de los innumerables cargos que algunos atesoran. Ahora es el famoso empresario, a quien, ante el cierre de tanta empresa, las que quedamos podemos facturarle cientos de miles, algunas hasta millones.
Conocía un tejedor que le facturaba varios millones al año, pero el pobre ha cerrado. El banco le cerró el grifo y su empresa entró en fallida. ¿A quién se le ocurre, con los tiempos que corren, montar una fábrica en Rumanía?
Donde este no llegaba lo hacía otro, pero también cerró. Una empresa familiar, pequeña pero sólida. Los impagados me dijo. Y es que en nuestro mundo ya quedamos pocos y todos nos conocemos.
Ahora las que quedan deben cubrir el agujero, millones de metros ficticios, que nadie fabrica, que nadie ve. Miles de toneladas de hilo, docenas de miles de kilowatios de luz y miles de horas de telar. Millones de metros de tejido de importación que se factura y no se expide. Tejido que se factura a uno y se vende a cientos.
Ya no tenemos problema, me dice. Podemos comprar lo que queramos sin IVA. Podemos vender lo que nos dé la gana sin IVA. El famoso empresario se lo traga todo, le facturo lo que sea y al día siguiente tengo el dinero del IVA en el banco.
Y es que el famoso empresario gana más dinero que nunca, eso dice. Los diarios de economía lo ensalzan, es el único que vende de todo el país. Aunque lo cierto es que nadie lo entiende, puesto que sus tiendas están vacías y la gente que entra, sale sin haber comprado. Sus dependientes, sus encargados lo confiesan. Vendemos menos que nunca, no sé cómo podemos soportar tanto gasto. Pero no, no es cierto, los números cantan y el famoso empresario ha batido su propio récord en plena crisis de consumo.

Si no fuera porque le facturo docenas de miles de prendas sin necesidad de entregárselas, de fabricarlas. Si no fuera porque sé quien le factura millones de metros de tela sin necesidad de entregárselos, ni fabricarlos… hasta me lo creería.
A mi me da mucho qué pensar. Lo cierto es que en su cuenta entra mucho dinero, muchísimo, y no conozco su procedencia. Si la enorme venta que declara fuera cierta no necesitaría tanta ficción.
En realidad al Estado las cuentas le cuadran, que es lo que demanda y espera; que nosotros fabriquemos y facturemos, aunque la mercancía la compre uno y el impuesto lo pague otro. Al Estado eso le importa un carajo o vete a saber… igual legisla así a propósito.
¿Qué haría el famoso empresario si todo el mundo trabajara legalmente?
No encontraría quién le facturase y su banco no sabría qué hacer con tanto dinero oscuro ¡Vaya problema! Seguramente ya se habría ido con el negocio a otra parte, y eso no puede ser. ¿Qué haría el banco sin su dinero?


Pepe, ¿conoces alguien que se quiera quedar mi barca, que la pague bien?
Pues sí… un gallego que viene una vez al mes y las compra todas, estén como estén.
¿Un gallego? Pero Pepe… que eso cae muy lejos y los llauds son barcas mediterráneas.
¡AH! ¿Es que no lo sabes? El gallego las lleva a la ría y las suelta en medio del mar, para desorientar el radar de la guardia civil. Allí hay muchas como la tuya, embargadas, apresadas… Así, cuando con su radar ven a la patrulla marchar al norte, tras un par de barcas que corren y no responden a la llamada, ellos pueden entrar la mercancía por el sur.
¡Qué tonto! No se me había ocurrido.


Hoy he hablado del tema con mi socia. No siento remordimiento, mi dinero es limpio, producto de lo que fabrico y vendo. A ella le pasa lo mismo.
Son empresas subsidiarias, que en principio solo trabajan para abastecer a sus talleres y compran tejido y complementos. Otras se dedican a fabricar prendas y piden facturas a talleres como el del Tse.
El Tse es un chino que trabaja para varios de nosotros, legal, con toda su gente regularizada. Sin embargo, nunca me factura, ni a mí ni a mis conocidos. Cuarenta trabajadores y casi cien máquinas, una producción enorme.
¿A quién factura para mantener tanto aparato?
Al famoso empresario. A quién si no, si se lo presenté yo mismo.

La España negra. Y nunca mejor dicho.

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4 comentarios:

  1. Ô_Ô

    Después de haber visto hoy al completo Inside Job y de leer tu entrada, ¡suficiente! Voy a intentar desconectar de todo este embrollo porque empiezo a estar algo asustada. Creo que no sé en el mundo que vivo y sigo pensando que aquí todo quisqui es bueno.

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  2. La inocencia no existe, Cal. Solo es una postura que algunos saben hacer bien y otros no tanto.

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  3. Pau, me descubro. Y, con tu permiso, te pongo en las recomendaciones de la casa.

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  4. Por eso hay millones de parados y bastante menos millones de desempleados. España es una juerga, amigo mío.

    Nos guste o no nos guste, el Estado no crea puestos de trabajos, los crea el empresario.

    Y desde luego, montar una empresa en unos de los paises nuevos de la UE, no es ninguna tontería y hacia esos paises se irán muchos, como antes lo hicieron aquí.

    Un abrazo

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