lunes, 30 de mayo de 2011

INDIGNOS

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Estos días y una vez vuelto de mi viaje, me encuentro con un país lleno de indignos sueltos manipulando y tergiversando, demócratas de toda la vida, de cuarenta y pico a cincuenta y pocos. Según ellos, viejos luchadores contra la dictadura, aunque luego a nadie le salgan las cuentas. Y mucho sociólogo de tres al cuarto, tertuliano contratado por TV3, por la 1 y vete a saber por quien más, que se vende por un plato de lentejas mal contadas, para defender la idoneidad del sistema que, según ellos, tanto costó conseguir.
Lo cierto es que a la hora de contratar, prefieren evitar a la gente de la edad y el suficiente bagaje del que realmente luchó por la democracia; aunque no debería extrañarnos que un día, para cubrirse las espaldas, contraten a Fraga como garante y luchador. Todo llegará.
A esos no los llaman por muy baratos que salgan, no fuera que soltasen algo fuera del guión y luego el productor del programa debiera pedir disculpas al consejo de administración. Mejor contratar a los cuatro colgados a sueldo del sistema, a esos que se cargaron lo poco de real que había en esta democracia, que a otros tanto costó.

Debemos reconocer que eso de la democracia real, en España nunca existió; y que la irreal solo ha durado un suspiro. Y pienso que, una de dos, o nos levantaron la camisa o algo debimos hacer mal.

Mediocres en el poder, con otros aún más mediocres como sucesores. Rajoy es un buen ejemplo y Rubalcaba otro que tal. Al primero, Aznar lo contrató para que le cepillara el traje, y como no lo hacía mal, terminó como encargado de llevar el café al consejo de ministros. Ahora el tipo está a punto de ser presidente de gobierno. Fue escogido a dedo por el líder absoluto e incuestionable, por un tipo sin apenas estudios, que no sabe escribir y que declaró una guerra para solo poner los pies sobre la mesa de Bush. Esperemos que por lo menos sepa inglés.
No los escoge nadie, se lo montan entre ellos a través de una terna que les dicta el consejo de administración. Como más idiotas mejor, dicen.

España es una S.A. gobernada por un consejo de administración. El españolito escoge entre la terna que este le dicta. Luego, el elegido monta el presupuesto y el consejo coge lo suyo. El resto a repartir: primero entre esos elegidos y lo que queda para el país.
España es como el Atletic de Gil, que primero lo arruinó para comprar las acciones a precio de saldo, financiadas por los socios sin voz ni voto, que luego aplaudían sus esperpentos a rabiar.
España es una sociedad dividida en tres grupos: unos cuantos dignos, unos cuantos indignos y una mayoría de tontitos que votan a la telebasura, a la tertulia de los cuatro sociólogos anteriormente citados, al circo del fútbol, de las peleas entre el Barsa (Barça) y el Madriz (Madrid)… todos esos que terminan votando al PSOE, al PP, a CIU y a IU.
España es un país de tipos que solo saben poner un ladrillo sobre otro (por cierto, no muy bien), y que con eso creen que ya pueden comprar una casita en la playa e irse de vacaciones a Copacabana con la parienta o a Cuba con los amigotes. De tipos que solo saben hacer furgonetas y coches baratos, y con eso creen que ya pueden comprar un BMW o un AUDI al alemán.
España es un país de incultos, donde sus jóvenes fardan de hablar mal y chulean de no haber terminado la ESO, de consumir coca y sacarle los cuartos a su madre para tunear el Ibiza.


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