viernes, 4 de diciembre de 2009

¿TAN DIFÍCIL ES?

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El 83% de los catalanes considera conveniente el derecho a decidir, siempre y cuando se respeten los procedimientos democráticos, mientras que menos de un 15% está en contra.
El 50’3% de los catalanes votaría hoy a favor de la independencia y solo un 17’8% lo haría negativamente, mientras el 24’6% se abstendría.
La mayoría de los que votarían afirmativamente razonan su voto, de ellos el 23% también aduce fuerte cansancio hacia el resto de España y otra minoría su falta de valor democrático. El NO se basa más en sentimientos o convicción personal.

Artur Mas anda descolocado. No esperaba tamaño cambio y ya no se siente tan independista. Y es que si eso sigue así, pintan bastos. La independencia es posible y la mayoría la ve factible y positiva. Los que no lo ven tan claro son los políticos incendiarios e irresponsables, más que nada por el trabajo que les daría. Y no es ERC, esos no, que siempre lo fueron sin que la sangre llegara al río. El problema es cuando un partido razonablemente conservador y moderado se apunta al lío.
Los políticos de ERC están que saltan de gozo. Nadie esperaba algo así en el país inventor de España. Y es que ni siquiera en los peores momentos la cosa pasaba del 25%.
Debemos, pues, dar las gracias a la caverna mediática y al empecinamiento del PP. Montilla ya lo avisaba, en vano parece, ya que en Madrid nadie le hizo caso; más bien se le rieron en la cara.
La consulta se ha hecho con cuidado y meticulosidad, de eso no hay duda. Lo peor no es este 50’3%, de por sí malo, sino el exiguo 17’8% que todavía defiende la unidad y su falta de racionalidad; y el 24’6% que le importa un pito ser o no español.
Lo alarmante es que nadie se da cuenta que esto no es Euskadi y que, de seguir así, en poco tiempo será el 60% quien quiera la independencia y un exiguo 15% la unidad; y nadie, ni el más pintado, podrá gobernar Catalunya en esta tesitura.
Si no fuera por lo bobos que son y su incapacidad para diseñar una estrategia de tan largo alcance, diría que el PP lo ha hecho a propósito; aún no sé con qué finalidad y dudo que ellos lo supieran. Esos tipos han conseguido algo fuera de lo común: que mi suegra, nacida en Córdoba y que no sabe el catalán, sea independentista; que mi colaborador castellano parlante, nacido en Jaén y, hasta ahora, seguidor de la derecha del orden y la disciplina, vote a CIU y sea más independentista que ella; que en Bellvitge, cuna de la inmigración extremeña y andaluza, el españolismo sea una anécdota.
Debemos agradecer al PP que, con más maña que fuerza, haya conseguido en pocos años lo que ERC lleva intentando 70 sin éxito ni visos de tenerlo.

La cuestión es que el empresariado, previéndolo, quizá por intuición o desconfianza al aparato gobernante, ha pasado estos últimos años despegándose de la economía doméstica. Los que me siguen saben que hace años, al comienzo de este blog, avisaba sobre este asunto: la economía catalana es cada vez más independiente del resto de España. Hoy, sin ir más lejos, la mayor parte de su producción es exportada al extranjero y su balanza comercial es positiva. Mejor no pensar como quedaría la del resto de España sin ella, que ya es negativa de por sí, aun estando unidas.

Ustedes no van a creerlo, pero mi menda no es independentista y dudo que la mayoría lo sea, incluso los que hoy votarían a favor.
Tal como va el mundo la independencia es una necedad casi tan grande como el nacionalismo centralista. Europa es grande y variada, demasiado para andar ahora con entelequias. Suficientes problemas vamos a tener para entendernos con tanta idiosincrasia suelta y variedad idiomática y cultural.
Debemos ser abiertos y respetuosos con todos, solo así podremos entendernos y ser solidarios unos con otros, defender al vecino como a un hermano; la única manera de ser fuertes.

Y es que, ¿tan difícil es entender que los niños catalanes deben estudiar sus dos idiomas?
Parece ser que el PP, jaleado por la caverna, lo considera un atentado contra la libertad.

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martes, 1 de diciembre de 2009

DE ESTÚPIDOS Y MALNACIDOS

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Es tan inconcebible como vergonzoso el retraso del Tribunal Constitucional en decidir la legalidad del Estatut.
Inconcebible porque nadie puede entender como, unos tipos que cobran del Estado, lleguen a tal nivel de incompetencia y vagancia. vergonzoso porque dicha vagancia e incompetencia tiene en jaque a toda una nación y en suspenso los proyectos legislativos y económicos de un país.
Haga lo que haga y decida lo que decida, el tribunal ha dejado de ser competente para decidir, por la simple razón de su propia incompetencia e inoperancia. Haga lo que haga y decida lo que decida, ha perdido su legitimidad para discutir el resultado de un refrendo y la decisión de las cortes españolas.

Es indudable que el Estatut es impracticable y su pleno funcionamiento significaría el fin del Estado, que ya fue comprometido por los de Euskadi y Navarra.
Parece ser que el tribunal, con la miopía e incompetencia que le caracteriza, no hace caso a los artículos que atentan contra el funcionamiento del Estado, como si no tuviera importancia.
El tribunal constitucional no considera anticonstitucional afectar la misma pervivencia del Estado que debe sustentar. Sin embargo, y demostrando su alineamiento y visceralidad ideológica, trata de la legalidad o ilegalidad de la obligatoriedad de la enseñanza del catalán en las escuelas de la comunidad; algo que en cualquier lugar del mundo caería por su propio peso y lógica. Su primordial interés se circunscribe exclusivamente en humillar y despreciar el idioma y la cultura de una parte de la nación, quizá por mandato expreso de un partido político, al que le interesa el propio desprestigio de la misma constitución y que hace lo posible para reducirlo a la nada.


Y uno, que a estas alturas ya no es de izquierdas, de derechas, liberal... que ha descubierto que cualquier ideología es buena si respeta la dignidad y la ley del hombre, cree que en España existe un partido político criminal y traidor. Que promueve la confrontación y el desprecio, que para solucionar los conflictos utiliza la guerra, el odio y la destrucción, que pretende alinear ideológicamente al resto de la ciudadanía mediante la represión, que utiliza masivamente la corrupción y la especulación para enriquecerse, que no duda en mentir sobre la muerte y el asesinato para perpetuarse, que es vulgar y pura mierda.
Un partido que mantiene en su seno a hombres con las manos manchadas de sangre, fascistas convencidos y confesos; que pretende erigirse en salvaguarda de la moralina cristiana, de una bandera y de la idea patria; de la verdad incuestionable promulgada por una religión homofoga y autoritaria, cuyo jefe se escoge a dedo y se autoproclama infalible y voz del único y verdadero dios, y con derecho a decidir sobre la ley de los hombres.
Y millones de españoles, una quinta parte de la nación, lo elige consciente de ello, con el suficiente conocimiento y con el convencimiento que el resto está equivocado y debe obedecer sin meditar.

Estúpidos.



Leo a Hala Jaber, la reportera que informó sobre el terreno de las matanzas ocasionadas por la coalición en Irak.
Jaber, después de ver una niña en el Hospital de Bagdag, achicharrada por las bombas y huérfana de padre y madre por el mismo bombardeo, propuso adoptarla junto a su hermana a causa del sentimiento de culpa.
La niña murió mientras en el país campaba el bandolerismo de las fuerzas ocupantes y de las bandas nacionalistas e islamistas, junto las organizaciones cristianas norteamericanas que trataban, con el apoyo de las fuerzas de la coalición y de mercenarios asesinos, de repartir millones de biblias entre la población.
Parece ser que muchos de aquellos norteamericanos, cristianos de toda la vida, casualmente intentaron imitar a Hala Jaber, pero con la salvedad de que querían llevarse los huérfanos a Norteamérica, se supone, para convertirlos a su demencial religión. Al no conseguirlo decidieron ignorarlos. Ya no eran de su interés.

Malnacidos.

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Y ahora una de americanos...

En el primer día de clase en los Estados Unidos, después de presentar al nuevo alumno Akito Suzuki, hijo de un empresario japonés, la maestra dice:
-Empecemos repasando un poco de historia americana. ¿Quién dijo: “denme la libertad o denme la muerte”?-
La clase se quedó callada excepto Akito.
-Lo dijo Patrick Henry en 1775-
-Muy bien. ¿Y quién dijo: “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no debe desaparecer de la faz de la tierra?-
De nuevo ninguna respuesta salvo la de Akito.
-Abraham Lincoln en 1863-
La maestra, asombrada, dice al resto.
-Chicos, debería darles vergüenza. Akito Suzuki, que es nuevo en nuestro país, sabe más de nuestra historia que ustedes-
Seguidamente se alcanza a escuchar un susurro...
-Al diablo con los malditos japoneses-
-¿Quién dijo eso?- Pregunta la maestra.
Nuevamente Suzuki levanta su mano y dice:
-El general McArtur en 1942 y Lee Lacocca en 1982-
La clase queda muda y uno de los chicos alcanza a decir:
-Voy a vomitar-
La maestra trata de saber quien fue el irrespetuoso.
-¡Ya está bien, ¿quién dijo eso?-
Y Akito dice:
-George Bush padre, al primer ministro japonés en 1991-
Uno de los alumnos, furioso, grita desde el fondo:
-¡Chúpame esta!-
Akito, casi saltando en su silla, le dice a la maestra:
-Bill Clinton a Mónica Lewinski en 1997-
Entonces, el, hasta ahora, número uno de la clase grita:
-¡Era el primero hasta que llegó este japonés de mierda!-
Y Suzuki le contesta:
-Mario Vargas Llosa en las elecciones peruanas de 1990-
La clase entra en un estado de histeria, la maestra se desmaya, cunde el caos. Mientras los chicos de arremolinan alrededor de la desvanecida profesora, uno de ellos exclama:
-¡La cagamos! Y ahora, ¿cómo vamos a salir de esta?-
Y Akito responde:
-José Luis Rodríguez Zapatero. Estatuto catalán, 2005-

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