lunes, 22 de febrero de 2010

EL FENÓMENO VIC


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 A finales del pasado mes anuncié que, antes de hablar del tema, estudiaría el fenómeno de Vic. Es tan grave y comprometido que escribir sin estar seguro y suficientemente informado, lo consideraba una estupidez. Eso podemos dejarlo para nuestros políticos, que al día siguiente y sin necesidad de haber visto o vivido el problema, ya opinaban como expertos.





- ¿Por qué esta mora de mierda tiene que pasar por delante de mí?-
- Yo no soy racista, en Vic nunca lo hemos sido-
- Somos una de las poblaciones que mejor hemos integrado al inmigrante-
- Nadie puede acusarme de racista. Todo lo contrario, pero estoy harta que vengan a visitarse cuatro con el mismo nombre y el mismo apellido-

Y le dices que lo hacen porque no se les permite entrar en el censo.

-Pero es que necesitamos saber cuántos hay y quién mantiene todo esto. Porque, claro, hay que estar para saber. No es lo mismo hablar desde la capital que desde aquí-

Y vuelves a decirle que el problema es que no les dejan entrar en el padrón municipal, pero sigue con lo suyo. La tipa anda cerrada, el tipo anda cerrado, medio pueblo anda cerrado.
Me hablan en catalán, algunos en castellano, da lo mismo, la situación es la misma.

Hay mucho paro y la cola está llena. Se presenta una niña de esas del fracaso escolar. Habla catalán, castellano... nada más y no muy bien. Le preguntan qué sabe hacer... He sido dependienta, dice; cajera en un super.
Se presenta una tipa con rasgo búlgaro, rumano, ecuatoriano... -¿Qué sabe hacer usted?-
- Hablo y escribo inglés, búlgaro, alemán, castellano, catalán... en Bulgaria había trabajado en una fábrica de bordados, tengo el título de... , aquí he trabajado en una empresa de limpieza, en un almacén...
Se presenta un chaval con cara de chulo-putas, camiseta de tirantes y chupa entallada. Habla algo parecido al castellano estilo callejero, el catalán lo entiende, faltaría más. Le preguntan qué sabe hacer...
- De todo un poco, ya sabes- Un curro en la obra que había al final de la carretera-
Y saca un currículo que da pena: quince días aquí, quince allí...
La chavala que lo atiende me comenta que lo detuvieron hace poco por tonto, en una pelea en la puerta del Esbarjo de Balanya, que le sacaron el carné por alcoholemia...
Tras suyo un marroquí. Habla un catalán esforzado para que se note que está en ello. Le preguntan qué sabe hacer y saca un papel escrito a bolígrafo... ha hecho instalaciones eléctricas, pladur, ha enyesado y montado grifería, también sabe alicatar; aparte de eso, en su país hacía la sardina y cuando no, trabajaba en un taller de sastrería.

Me voy... he quedado con una enfermera muy divertida, que conocí hace tiempo y que me cuenta la realidad más aplastante.

En Urgencias hay más cola que nunca. Muchos nacionales que, debido la crisis, han tenido que dejar el gimnasio y el seguro médico privado. Las urgencias rebosan y la gente se queja...

- Esta mora ha llegado más tarde- Se quejan. Y en voz más alta que baja, uno del país dice... - Seguro que es ilegal. Habría que pedirle los papeles antes de dejarla entrar. Hay que atenderla, claro, pero luego que la manden a su país-
Y salta otro diciéndole que se calle, que igual tiene más derecho que él... Y se monta la de dios. Eso sí, con la característica serenidad catalana.
- Oiga señor, que yo no estoy contra los inmigrantes, pero eso no puede seguir así...-
Y mientras tanto, la mora, con pañelo y túnica grisácea, ya ha entrado con el niño por una otitis de caballo. Y nadie cae en la cuenta que ninguno de los presentes tiene mal de oreja, y el otorrino, por pura chiripa está desocupado.

En el ayuntamiento, mucho antes que estallara el escándalo, ya ponían trabas al inmigrante con ínfulas de ser censado.
- ¿Dónde vive usted?-
- No es el primero que viene con esta dirección. ¿Cuántos viven en su casa?-
- No es posible que viva allí. En tan pocos metros cuadrados no cabe tanta gente-
-Vuelva mañana, le falta un contrato...-
Eso último es lo habitual.
Es ilegal, lo saben todos, el funcionario y el moro, negro, paquistaní... también que trabaja en el campo, en la granja porcina del Joseph de can Tona y sin contrato, pero da lo mismo. Hay que controlarlos de manera que estén sin control, que sea un problema policial o del Estado y no de ellos.
El alcalde ha mandado que se alarguen los trámites, que se dificulte el acceso. El pretendiente sabe que eso no se puede hacer, pero... ¿Dónde va a quejarse? ¿A los mossos, que al Mohamed le rompieron un brazo porque lo confundieron con otro?

Las urgencias están llenas y hay quien estaba acostumbrado a ser tratado de señor, algo que debería ser lógico; pero el enfermero tiene complejo de carcelero al estilo del experimento de la Universidad de Stanford. Se siente poderoso, la gente depende de él, la siente sumisa, enferma... Y se las carga el más débil, aquel que debe esconder su precaria legalidad, que tiene el niño enfermo y debe humillarse, pedir perdón por parecer que se cuela, que no tiene sangre comunitaria. Pero también existe el que se rebota, que exige, con extraño vigor, lo que le pertenece. Son personas que vienen de países lejanos, que han sido apalizadas, maltratadas y no están para soportar un enfermerito estúpido con síndrome de carcelero.
Las urgencias de un Hospital público, es un buen lugar para desarrollar un estudio sobre el tema y prepararnos para el racismo que hay a la vuelta de la esquina.

En fin... El fenómeno Vic, como era previsible y, al contrario que cuentan nuestros queridos e inútiles políticos, es puro y simple racismo.

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2 comentarios:

  1. ¡Aaah...! Igual en todos lados. Aquí tampoco nadie es racista, claro. Pero por las mañanas, cuando los maderos están apostados en la boca de metro para trincar sinpapeles a la hora de ir a su curro sumergido, sorprendo a veces miradas de íntima satisfacción de algunos transeuntes hispanos.

    Creo que en realidad es la satisfacción de saber que, por el momento, no les va a tocar a ellos.

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  2. El racismo aquí en Holanda se expresa también hacia los europeos del sur: son flojos, corruptos, gastan más que ganan, y más encima quieren nuestra ayuda... Ningún centavo para ellos, los PIGS (porcas, chanchos... o sea Portugal, Irlanda (bueno, está en el norte pero son igual de irresponsables), Grecia y España !!

    Detesto toda forma de racismo, aunque comprendo (sé de donde vienen) los raíces y algunas de sus causas circunstanciales.

    El racismo es un problema grave en nuestras democracias imperfectas.

    Un abrazo

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