miércoles, 5 de noviembre de 2014

¿DEMOCRACIA DIRECTA O LÍQUIDA?


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¿Democracia directa o democracia líquida?
Los más puristas dirían que la directa, los más prácticos la líquida. Yo prefiero la primera.
¿Por qué tengo que delegar mi voto a alguien?
Eso es provocar el clientelismo, la vuelta a la actual democracia, que ha desaparecido entre una nube de delegaciones y subdelegaciones que nadie entiende.
¿Qué mejor que llegar a la suficiente madurez democrática?
¿Por qué debo delegar el voto a quien solo comparto una cierta empatía?
¿No es mejor inmiscuirte o participar exclusivamente en lo que entiendes o te crees experto?
El mejor trato es preguntar a todos por todo, y el mejor resultado es que respondan los que entienden sobre la pregunta.
¿Quién mejor que un transportista o un taxista, para hablar o decidir sobre un semáforo? El día que me pregunten por él, preferiré no provocar confusión en un tema completamente extraño para mi.

Tomo, como muchos martes, una cerveza con mis amigos. Me hablan del gobierno, de la consulta y de democracia.
-¿Consulta? ¿Qué consulta?
Una pantomima que no representa a nadie, que no ha sido explicada ni contrastada, que ni siquiera mantiene un mínimo de imparcialidad. Eso es, para ellos, una consulta democrática.
Se burlan de mi porque según ellos votaré en blanco.
-No, esta vez ni eso. Yo no voto para dar gusto a unos partidos políticos que solo pretenden salvar su culo.
Pero ya no explico mi postura. Para qué si nunca entenderán alguien que no cree en naciones, banderas y fronteras. ¿Cómo voy a votar si ya ni participo de las preguntas?
Respeto el voto e incluso lo defiendo. Al contrario que ellos, dejo mi piel, mi tiempo y gran parte de mi futuro para que ellos puedan votar, y no solo un futuro que no me conmueve ni me interesa sino todo.

Pretendo hablar de democracia sabiendo que pocos entienden su significado. ¿Cómo puedo explicar a mis amigos la diferencia entre democracia directa y líquida, si ya no puedo entablar una conversación sobre la más simple?
Los piratas estamos en otro mundo y no queda más remedio que aceptarlo. No podemos, es imposible, hablar de nuestra democracia a quien ni siquiera le preocupa o entiende la más común de ellas, la ficticia.
Y no puedo más que pensar en los compañeros que he dejado un rato antes, con los que hablaba de cómo promover nuestras ideas entre los pequeños comerciantes de los barrios, de saber de sus problemas y cómo solucionarlos, de preguntarles por las penalidades que pasa su clientela.
Sin duda eso sí es hacer política, el resto es mierda.

¿Y los piratas? ¿Dónde están los piratas?
Unos divagando y otros luchando en algo que la mayoría no entiende ni le importa, la cultura libre, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y qué modelo de democracia es mejor, si la directa o la líquida.
Evidentemente, estamos muy lejos de la sociedad y de sus problemas.
¿Cómo podemos hablar de cultura libre, a unos tipos que la confunden con descargarse música barata o películas porno sin pagar a sus creadores?
¿Cómo podemos hablar de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, a una gente que votó un Estatut de autonomía y una Constitución sin habérselos leído?
¿Cómo podemos hablar de democracia directa o líquida, a una gente que vota sin saber quién es su representante, sin estudiar lo que piensa y defiende realmente?

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2 comentarios:

  1. Yo soy partidario de la democracia de listas abiertas y un sistema proporcional, que para conseguir un puesto de diputado sean necesarios los mismos votos para todos, no como ahora, la democracia cocinada por los partidos donde votas unas listas que ellos se guisan, como cualquier cacique. Un saludo

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  2. De esa "consulta" no quiero hablar, que se me sube la sangre al campanario

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