domingo, 8 de febrero de 2015

LA CASTA


 



Últimamente está de moda hablar de Casta, aunque ahora ya no se la nombre como tal, porque dependiendo cómo, su definición puede salpicar con dedo acusador a quién la nombra.
Son muchas las reuniones en las que unos, después de citarse con otros para hablar de la posibilidad de una confluencia, acusan con desprecio a sus interlocutores por ser Casta, eso de salida y sin más, como si quisieran marcar su territorio.
Y nosotros, que somos simples piratas y que no tenemos ni idea de lo que es el juego sucio e insultante de la política, preguntamos qué demonios es Casta. Porque hasta el momento solo Félix Millet tuvo la osadía de explicarlo. Somos la Casta, dijo refiriéndose a un grupo de gente de una clase social muy bien escogida, con privilegios parecidos a los de la aristocracia medieval.
Para nosotros, piratas hasta la médula, defensores de los derechos humanos y amantes de la cultura y de la inteligencia compartidas, Casta es todo aquel que se cree distinto y superior, que considera que sus ideas están por encima del resto. Para nosotros, hombres simples y sencillos, para ser de la Casta se empieza por eso y se termina viviendo a costa de la mayoría, que trabaja para ella.
Dicen...
¿Has gobernado?
¡Eres Casta!
Da lo mismo que lo hayas hecho bien, que incluso te hayas sentido oposición aun estando dentro del gobierno. Da lo mismo que tu salario haya sido inferior al que habías o hubiéses disfrutado, que hayas entregado una parte para pagar la luz o el agua de los necesitados. Da lo mismo, tu eres Casta, no yo, que pronto lo haré.
¿Has gobernado?
¡Eres Casta!
Da lo mismo que hayas estado en el frente de una guerra injusta, haciendo de escudo humano, fotografiando o filmando. Incluso que hayas muerto por el disparo de un francotirador, mientras intentabas mostrar al mundo lo que veías. Eres Casta y no mereces gobernar. No yo, que me horrorizo ante el televisor o al ver las fotografías que tus compañeros han colgado por internet.
¿Has gobernado?
¡Eres Casta!
Da lo mismo que por tu esfuerzo las escuelas de tu ciudad hayan sido mejores que el resto, que los niños de tu barrio disfruten de jardines bien surtidos y cuidados.
¡Recordad!
Los piratas no somos Casta, entre nosotros hay nacionalistas y antinacionalistas; pero siempre, absolutamente siempre, defensores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Los piratas preguntaremos siempre y haremos que la ciudadanía pueda decidir, pero no lo que unos pocos quieren sino todo, absolutamente todo, aunque nos cueste ser presos políticos.
¡Recordad!
Los piratas no somos Casta, entre nosotros hay liberales, gente de izquierdas y hasta algunos de derechas, pero nuestro programa ha sido confeccionado por todos, asumido por todos, votado por todos, y es el más progresista y de «izquierdas» de este país, y solo porque cumple al pie de la letra la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
¡Recordad!
Los Piratas no somos Casta y jamás gobernaremos con ella, ni con la pasada ni con la futura. Recordadlo bien, porque a nosotros nos importa un pepino gobernar, no es nuestro fin ni lo será nunca. No nos importa ser minoría en un país donde la mayoría no sigue la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Si hoy no gobernamos, no nos rasgaremos las vestiduras. Es la ciudadanía quien decide, no nosotros. Leed esta Ley antes de citarnos, porque de lo contrario vais a perder el tiempo.
¡Recordad!
Los que están con nosotros no son Casta, al menos esa que nombro, porque de serlo no estaríamos con ellos.


.