viernes, 29 de enero de 2010

RIQUEZA, POBREZA Y ECONOMÍA SUMERGIDA

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Es un error creer que la pobreza de un país está relacionada con la economía sumergida. En este caso Italia sería pobrísima. Allí hasta la banca opera en negro.
El viejo Agnelli se quejaba que sus trabajadores preferían hacer media jornada, porque la otra media la dedicaban a fabricar o montar pequeñas piezas en sus casas-talleres. Según él trabajaban para las empresas subsidiarias de la FIAT cobrando con dinero negro.
Italia es pobre, pero solo en el sur y por causas históricas y estructurales, y no por su economía sumergida. El sur de Italia es pobre por su corrupción. Italia tiene el mérito o la vergüenza, depende para quien, de ser en el único país de la vieja Unión y uno de los pocos de la actual, que los médicos sin fronteras tienen trabajo.

La economía sumergida abunda más en los países pobres que en los ricos, pero no por ello sino por su talante y por lo que la provoca: la corrupción.
Hace poco, al destaparse el caso Pretoria, Durán i Lleida dijo que no era tan grave tener algo de corrupción, que tampoco teníamos que hacer un drama con ello.
Algo de corrupción...
¿Qué es corrupción?
Hace tiempo, cuando invertíamos en África para impedir que los subsaharianos sintieran la necesidad de cruzar el estrecho, mi socio y yo descubrimos un modelo de corrupción; y, engañados, creímos que África, sus gobiernos, batían el récord de este mal. No es así, cada uno tiene el suyo adaptado a su nivel económico y su sistema legislativo, y nuestro país no es ninguna excepción, mas bien todo lo contrario.



La moda se ha convertido en un desastre, un conglomerado de tendencias creadas por cuatro chalados sin gusto ni técnica. Los pocos que pueden dar un golpe de timón, en este aspecto, son los sudamericanos y los asiáticos, los únicos que trabajan, que han conservado el oficio y lo han mejorado. El resto sabe comprar y vender, pero no crear y producir; y su problema es que solo puede comprar en Asia y vender en una Europa cada día más empobrecida, más vacía de dinero real y sin nada con que negociar.



El gobierno quiere dar un giro a la enseñanza, promocionar el aprendizaje de los oficios.
Demasiado tarde. Ya no quedan profesores, ni siquiera se encuentran buenos carpinteros, torneros, etc. Muchas escuelas están dirigidas por ex alumnos que no saben para que sirve una herramienta y que la industria desechó por inexpertos, falta de trabajo y de una política de soporte por parte de la administración.
Demasiado tarde. De aquí al 2012 España podría superar el 25% de paro y entre el 2015 y el 2017 quedará vacía de dinero, entrará en fallida.
El pufo español, junto al de otros pequeños países, será de proporciones tan grandes que el resto de Europa, lo mejor que puede hacer es crear un nuevo Euro circunscrito a los países que funcionen. Como si quisieran recuperar la Europa de las dos velocidades. ¿Velocidades?
No, eso no. Mejor decir eficacias.


Pocos trabajan y los que lo hacen deben mantener demasiada gente. Un diez por ciento de la población vive del cuento, muchos con poco, pero la minoría roba tanto que no queda para el resto.
De los dieciséis millones que según el gobierno aún trabajan, muchos hacen cursillos de formación, otros cobran el subsidio rural, están los empleados del Estado y una cantidad indeterminada de trabajadores ociosos.
Calculo que en estos momentos solo una cuarta parte de la masa laboral produce algo que tenga que ver con creación de riqueza.
La renta de los españoles durante el 2009 cayó un 6,24%, el 2010 no será distinto; mientras, el gobierno dice que el PIB ha subido, nadie sabe cómo. Él sí, pero no lo dice. En el mismo año cerraron dos mil cuatrocientas empresas de más de seis millones de facturación anual. Este año se espera algo similar, sin contar las miles de PIMES que desaparecen sin más, que dejan de cotizar, pagar impuestos y producir.

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Tenemos miles de alcaldes, decenas de miles de concejales, secretarios y subsecretarios, millonarios casi todos; cargos electos que cada uno escoge a dos amigotes a dedo, familiares, amigos y enemigos acreedores de favores, como portadores de maletín o secretarios adjuntos de la secretaría de turno.
Soportamos a miles de empresas que trabajan poco y facturan docenas de millones a fundaciones extrañas, ayuntamientos, consejerías, ministerios... Financiamos corporaciones que instalan gigantescos tinglados con exenciones fiscales, recalificaciones territoriales, expropiaciones o, incluso expulsiones del territorio por la ley de costas, por la hidrográfica... con terrenos cedidos nadie sabe cómo o con leyes diseñadas al efecto.
Mantenemos decenas de miles de funcionarios estatales en Madrid y en las respectivas comunidades, fingiendo administrar lo que a estas ya ha sido traspasado; miles de sindicalistas liberados. Y pagamos sueldos y pensiones millonarios de por vida a los que han montado semejante tinglado.

Cuando la gente pregunta dónde se encuentra el dinero, debería mirar a los partidos políticos y a sus secuaces, solo eso. Ellos chupan y gastan sin producir, no se cansan de hacerlo, con la inestimable ayuda de la banca.

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Malas lenguas dicen que la banca abrirá el grifo del crédito a la empresa, a la rehabilitación... cuando el gobierno caiga; que este gobierno es demasiado socialista y no interesa.
De ser así, Obama lo habría percibido o sido aleccionado por su amigo Zapatero y, anticipándose, ha cogido el toro por los cuernos o, lo que es lo mismo, la banca por donde más le duele. El problema de Zapatero es que ya no dispondría de medios ni tiempo y habría perdido la batalla.

Ilusos.
La banca no llega a tanto, no gasta tanto maquiavelismo.
Los banqueros españoles, con el dinero prestado-regalado han hecho lo único que saben: intentar hacer subir la bolsa para atraer la inversión extranjera y sacar tajada. Se han gastado la pasta recuperando hipotecas e invirtiendo en bolsa. Ahora se encuentran que el inversor extranjero, que suficiente problema tenía en su casa, no ha comprado, y la bolsa está hinchada entre un cuarenta y un cincuenta por ciento.
La banca ya no tiene dinero ni para absorber sus propias inmobiliarias y prefiere prestarles dinero ficticio para que paguen a sus proveedores, no fuera que esos las embarguen y se queden sin cobrar de unos, de otros y sin pisos.
Prestan dinero a sus deudores para que paguen a otros deudores y, así, recuperar el montante con intereses.
La banca española no sabe crear riqueza sino apropiarse de ella para jugársela en el casino de la bolsa.

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ECONOMÍA SUMERGIDA - DOS

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La crisis y la falta de crédito deberían hacer que aumentara la economía sumergida. Para la pequeña y mediana empresa la banca ha dejado de ser indispensable, ya no necesita sus servicios si no existe crédito; y la banca es la única entidad que puede controlar el flujo y creación de dinero negro. Por otro lado, la economía sumergida de las pimes es la más afectada por la crisis, ya que se ven obligadas a limitarla por la pérdida de excedentes.
Podemos asegurar que el mayor productor de economía sumergida, no es los pequeños trabajos que desarrollan los parados para sobrevivir, sino el hecho que el empresario disponga de mayores beneficios que los necesarios para mantener su empresa.
Los sobres aparte, las comisiones, el pago de horas extras, el reparto de un dividendo por productividad, por eficacia... muchas veces se hace con dinero negro.

Debemos preguntarnos, también, qué es economía sumergida.
Como es habitual, si quieres encontrar el culpable de un delito debes buscar al que se beneficia con él. Esta regla tan simple, expuesta hasta la extenuación en películas y novelas policíacas, casi nunca falla excepto en los casos de paranoia.
El dinero negro beneficia a quien lo promueve. El régimen impositivo por módulos es lo que provoca más dinero negro. Las empresas se ven obligadas, por la fuerte competencia, a vender sin IVA, dado que el minorista ya paga un canon previamente estipulado y todo lo que lo sobrepase no interesa. De esta manera la producción de economía sumergida queda asegurada por el legislador, que, de una u otra manera, consigue sacarla a flote mediante empresas paralelas o negocios ilegales.

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Nadie, ni el ministro Corbacho, puede conocer el montante de economía sumergida existente, ya que de su creación a su legalización, se mueve a gran velocidad -la que más lo hace- aumentando, gracias a eso, su cuantía.
¿Cómo puede valorar el Estado, la banca, etc. la economía sumergida existente?
Es imposible.

Toda empresa necesita pagar las nóminas, la energía, el alquiler o hipoteca, los créditos, las importaciones... y es impensable que para ello pueda utilizar el dinero negro. Por lo que una parte de la economía sumergida no tiene más remedio que salir a flote, que, en el fondo, es lo que interesa al sistema sin importarle el procedimiento empleado.

Hasta las carnicerías compran y venden con dinero negro, productos llegados desde el matadero y con el certificado de sanidad.
Ni las grandes empresas están exentas de él, por mucho que quieran disimularlo. Los empresarios, una vez controlan el resultado final, lo redondean con compras ficticias mediante otras empresas preparadas al uso, o deficitarias por vender directamente al minorista.
Se venden partidas de libros recién editados por medio de pequeñas empresas subsidiarias. Se vende papel, tinta, alimentos, bolígrafos... hasta el transporte y las importaciones pueden negociarse mediante pagos a través de paraísos fiscales o, a veces, sin necesidad de pasar por ellos.

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domingo, 24 de enero de 2010

ECONOMÍA SUMERGIDA - 1

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Hace días que intento escribir sobre el “fenómeno Vic” sin conseguirlo.
Quiero hacerlo bien, con información fidedigna y sin intermediarios.
Hasta ahora solo he podido hablar con una joven mujer, trabajadora del hospital de Vic, y prefiero buscar más opiniones para contrastarlas.
Hablo de fenómeno sin aparente razón, ya que Vic no es la única ni la primera población española que dificulta o impide el empadronamiento a los inmigrantes ilegales. Lo que ha pasado allí es que un partido político, antes dentro del gobierno de la ciudad, se ha opuesto con agresividad a dicha política. Parece ser que en el resto de las poblaciones, quizá por no existir representación de IU o IC, su hermana en Catalunya, nadie se ha quejado ni lo ha reflejado en los medios.

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Hace unos días, en el blog del amigo Rithmduel se discutía sobre la economía sumergida, gracias a las declaraciones de Corbacho y la subsiguiente corrección del resto de los ministros económicos. Por cierto... propongo que Zapatero cese de inmediato a esos cantamañanas y eleve al puesto de ministro de economía a Corbacho, que aun no habiendo estudiado la carrera, sabe más que todos ellos.

Para entender la economía y solucionar los problemas que le afectan es necesario saber diagnosticar como un médico hace a sus pacientes.
Un virus, un germen son tratados de distinta manera según el estado del enfermo, que depende de la alimentación, sus costumbres, el clima del país en el que vive, su estado de ánimo... y cientos de variables desconocidas para nosotros, muchas de ellas hasta por su médico.
El economista es un matemático con ínfulas de sociólogo, algo, a todas luces, mortal para la economía. Si no nos damos cuenta es porque nuestros vecinos andan igual, dirigidos por el mismo tipo de personas. Tenemos a quien compararnos, sí, pero no demasiado; las diferencias, aunque parecen grandes, son ínfimas.
Hablar de economía sumergida, de competitividad, de salarios individualmente es un error. La economía depende de un conglomerado de actuaciones demasiado grande y cada una de ellas dispone de muchas variables, algunas de ellas inamovibles a medio plazo. Combatirlas está bien, es razonable, pero siempre contando que el final de la batalla será largo y pocas veces a nuestro gusto.
La economía, si hay que pelear para mejorarla o para salir de un atolladero, hay que plantearla como una gran partida de ajedrez.
Me pregunto si en el actual gobierno existe alguien preparado. Y no me pregunto, porque lo sé, si en la oposición hay alguien que sepa de qué va la cosa.
Está claro que por oportunismo, vitalidad, imaginación, el actual gobierno dispone de más dotes que la oposición, para sacarnos del lío en que estamos metidos. Lo cual, visto el talante que gastan, es bastante triste y decepcionante. Rato, exministro de economía y diseñador del pelotazo en que estamos, director del FMI durante su etapa más nefasta, no es, precisamente, un buen ejemplo; Rajoy, sin personalidad, con un liderazgo hipotecado por los que lo auparon, mentiroso hasta la saciedad, tampoco representa un buen futuro.

La crisis y la falta de crédito deberían hacer que aumentara la economía sumergida. Para la pequeña y mediana empresa el banco ha dejado de ser un referente, ya no necesita sus servicios si no existe crédito; y la banca es la única entidad que puede limitar el flujo y creación de dinero negro. Por otro lado la crisis afecta más al dinero negro, ya que el pequeño y mediano empresario se ve obligado a limitarlo por la pérdida de excedentes. Podemos decir que el mayor productor de economía sumergida no son los pequeños trabajos que desarrollan los parados para sobrevivir sino el hecho que el empresario disponga de mayores beneficios que los necesarios para mantener su empresa.
Los sobres aparte, las comisiones, el pago de horas extras, el reparto de un dividendo por productividad, por eficacia... muchas veces se hace con dinero negro.
Debemos preguntarnos, también, qué es economía sumergida.
Si una empresa, por su venta, distribución o por la idiosincrasia de su ramo -el régimen de módulos en el minorista lo provoca- se ve obligada a vender en negro, mientras adquiere la materia prima, como casi todas, en el extranjero; no le queda más remedio que blanquear su capital mediante argucias o inventando facturas, con la consiguiente pérdida del montante del IVA falsamente retenido.
Toda empresa necesita pagar las nóminas, la energía, el alquiler o hipoteca, los créditos... y es impensable que para ello pueda utilizar el dinero negro.

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